Cartas de lectores: Se repite la historia de la pícara justicia
El concurso vergonzoso y viciado de nulidad tuvo dos observadores de la Misión de Expertos Internacionales
En agosto de 2014 los jueces Baltazar Garzón y Luis Pásara estudian la justicia ecuatoriana por pedido de Correa y dejan un vergonzoso informe, con un diagnóstico de la justicia que termina con un mordaz sarcasmo: “Esta justicia ecuatoriana es como la Tremenda Corte” (con Aníbal de Mar, el tremendo juez, y José Candelario Tres Patines, ‘a la reja’). El 6 de agosto de 2023, nueve años después de algunos experimentos, el Consejo de la Judicatura, con cinco vocales, incluido el presidente, organiza un concurso chimbo para nombrar siete jueces, ante la autoridad de dos vocales procesados por tráfico de influencias y obstrucción a la justicia y otro criticado por votar ‘mamado’ y acusado de lavado de activos, quedando el presidente y un vocal del Consejo conformando una extraña mayoría de dos entre cinco. El concurso vergonzoso y viciado de nulidad tuvo dos observadores de la Misión de Expertos Internacionales: Jaime Arellano, viceministro de justicia chileno, 2000-2006 y Diego García, director general de la Comisión Andina de Juristas y exrelator especial de NN. UU. para la independencia de jueces y abogados. Ambos coincidieron en que los integrantes del comité que elaboró las preguntas no tenían calidad ni un estándar semejante al de jueces de la Corte Nacional de Justicia, no se hizo publicidad de las carpetas de los concursantes, carreras y trayectorias, requisito indispensable de transparencia, y hubo limitada información pública. El jefe del Consejo se defiende y no acepta las observaciones. La Tremenda Corte sigue vigente.
Carlos Mosquera Benalcázar