Cartas de lectores: “Resolvido, descubrido y también rompido”

Y a los profesores primarios, en gran parte afiliados a un partido dogmático, les importa un comino la calidad de educación

Hemos escuchado a dos asambleístas que respaldan al presidente Noboa alardear de mala formación, académica y familiar, al utilizar expresiones reñidas con la gramática, como “resolvido” y “descubrido”. ¡Y están encargados de escribir leyes! Ojalá no hayan “escribido” todavía ninguna. Se ha vuelto pan de cada día presenciar productos de una pésima educación. Cuando Wilman Terán ostentaba aún la presidencia del Consejo de la Judicatura, lo escuché en una entrevista en radio repetir otro dislate antigramática: “rompido”. Es preocupante que los perpetradores de estos ataques al idioma ocupen cargos de relevancia. Estos hechos confirman la degradación de la educación en Ecuador, la falta de lectura como práctica normal, la deficiencia de los hogares en complementar la educación formal. ¿Dónde están las universidades que los formaron? Desde hace sostengo que una manera de corregir el problema es que las universidades que formaron a quienes delinquen de manera flagrante (agredir el idioma es delinquir, en especial en profesiones que privilegian el uso de la palabra) suspendan o retiren los títulos otorgados. Probablemente de hacerlo nos quedaríamos casi sin profesionales. Es una falta de dignidad el no actualizar permanentemente conocimientos y no ampliar la mente con la expansión de un bagaje cultural acorde a las prácticas profesionales. ¿Dónde están los colegios profesionales que ven comprometido su prestigio y el del resto de afiliados con estas prácticas indecentes? Que un profesional utilice mal el idioma es peor si es abogado o periodista, que deben manejar bien el idioma. Los gremios se quedan callados, mostrando complicidad o espíritu de cuerpo mal entendido; el país nos brindó la oportunidad, en muchos casos casi gratuita (en universidades públicas) de tener una profesión. Y a los profesores primarios, en gran parte afiliados a un partido dogmático, les importa un comino la calidad de la educación; quieren un caldo de cultivo para mantener la ignorancia, único medio de tener dogmáticos y fanáticos. Y los gobiernos: insensibles a la necesidad de crecimiento de las personas.

José M. Jalil Haas