Cartas de lectores | De Ripley
Por ahora ya resulta tardío este mecanismo, pero no deja de ser un buen consejo para futuros eventos electoreros
Solo en nuestro país de Ripley o de Manuelito estamos acostumbrados a la increíble y absurda proliferación de candidatos, tanto para ocupar las diferentes dignidades como para aspirar llegar a ocupar el solio presidencial sin tener las mínimas posibilidades de alcanzar el triunfo. Estos personajes, una vez insertados en la política, se aventuran a inscribir sus candidaturas, bien sea para obtener gananciales económicos para su ‘dizque’ campaña o inspirados en otros protervos fines, como el de dividir los votos del electorado.
Se presentaron increíblemente dieciséis candidatos presidenciales, de los cuales solo cuatro o cinco obtuvieron una votación no vergonzante, en tanto los once restantes, sin lugar a dudas, quedaron en ridículo.
Nos preguntamos entonces si el CNE no aportara los fondos para sus campañas, el afán de candidatizarse y participar en la contienda sería el mismo? Sinceramente no lo creemos.
Por ahora ya resulta tardío este mecanismo, pero no deja de ser un buen consejo para futuros eventos electoreros.
Al momento sería interesante solicitar a los movimientos y más fuerzas políticas que promovieron las tales candidaturas que, por dignidad y amor a la patria reintegren, voluntariamente, esos fondos (dineros) que bien podrían servir para cubrir otras necesidades prioritarias.
Fabiola Carrera A.