Cartas de lectores: Salarios e inversión

Con cada factor señalado se hace más lejana la posibilidad de que la inversión privada sea generadora de empleo

En la página editorial del 2 de junio, columna Sumando, bajo el título “Empleo sin crecimiento”, el Ec. Fausto Ortiz publica los salarios promedio vigentes a marzo de 2009 y a marzo de 2024 en el sector público y en el privado: $ 628 y $ 1.144 para el primero, $ 435 y $ 754 para el segundo. Tomando en consideración el tiempo transcurrido (15 años) y la tasa de inflación de ese lapso, la tasa de crecimiento anual real (TCAR) fue de 2,0 % en el primer caso y de 1,7 % en el segundo. Si el análisis se complementa con la evolución del salario básico unificado (SBU), cuya TCAR fue -0,3 %, se pueden obtener algunas conclusiones: 1. En el sector público los sueldos son mejores que en el privado, no solo en monto sino también en el ritmo de incrementos anuales reales; 2. En relación con el SBU, el salario promedio del sector público fue superior en un 77 % en 2009 y subió a un 149 % en 2024, mientras que el salario promedio del sector privado fue mayor que el SBU en un 23 % en 2009 y un 64 % más alto 15 años después; una vez más el sector público remunera mejor que el privado y cada vez más alto que el salario básico unificado; 3. El salario promedio en Ecuador es mayor que el SBU y se incrementa a tasas superiores a la de este; 4. El gasto público crece sin control en uno de los rubros más significativos (si no el mayor), por las remuneraciones y por el número de empleados públicos que con cada gobierno se incrementa, dando origen a crisis fiscales; 5. Si un inversionista extranjero desea traer su capital, deberá tomar en cuenta que el SBU en Ecuador es el más alto de la región (en nuestro país hay que añadir un 42 % al sueldo en concepto de otras remuneraciones y seguridad social) y los salarios en general se hallan por encima de ese nivel, amén de otros factores como riesgo país, inseguridad jurídica y ciudadana, revueltas indígenas, falta de flexibilidad laboral, etc., pues no podrá mantener en el tiempo una nómina de empleados que solo perciban el sueldo mínimo; 6. Con cada factor señalado se hace más lejana la posibilidad de que la inversión privada sea generadora de empleo.

Fabián Proaño Navarrete