Cartas de lectores | Sentir ciudadano: falta de credibilidad en la política
Pienso que las próximas elecciones son la oportunidad propicia para elegir bien a los futuros gobernantes
La política de nuestro país nos mantiene en zozobra, tensos y muy preocupados. De todos los temas que pululan sobresalen los relacionados a la política vernácula, que pinta de colores sombríos, tristeza, duda e incertidumbre la visión del futuro. Todas nuestras instituciones, públicas y privadas, deben estar comprometidas a hacer lo que les corresponde, su mejor esfuerzo, para aportar con sus capacidades al desarrollo y crecimiento del Estado, principalmente de la paz y la felicidad del pueblo. Una de las instituciones vitales para este propósito, además de las organizaciones políticas que se disputan el privilegio de gobernar, lo constituyen las gloriosas Fuerzas Armadas. Nuestra nación ha estado sumida en una vorágine de corrupción, impunidad, inseguridad y ambiciones malsanas desde hace décadas, en las que ha venido proliferando el crimen organizado, que constituye el origen, además de la ineptitud de los gobernantes para dar solución a las calamidades que atraviesa Ecuador. Estas influyen negativamente sobre todos los campos del desarrollo: en todos se implican la criminalidad, abuso, codicias y ambición por el poder. Este es el panorama que socava los esfuerzos y esperanzas de progreso, tranquilidad y prosperidad del pueblo. Por ello un sinnúmero de ciudadanos han expresado que solo las FF.AA. podrían enrumbar al país, pues tienen la capacidad de evitar que la nación caiga en el precipicio de la desintegración social. No miro con simpatía la posibilidad de que se produzca una explosión popular; mi cultura y convicción democrática se juntan para que no lo desee, no obstante la ninguna simpatía que me inspira nuestra nefasta clase política, insensible al dolor popular, como extraños al desastre económico, político y social en que mantienen al país. Aún es tiempo de salvarlo. Pienso que las próximas elecciones son la oportunidad propicia para elegir bien a los futuros gobernantes y decir no al crimen organizado y a la corrupción. No más impunidad. No a la pobreza, a la inseguridad, a los apagones, a la demagogia sin sentido. ¡Demócratas, despierten; los socialistas no duermen.
Mario Vargas Ochoa