Cartas de lectores | Síndrome de Down. Historia y casos en Ecuador

Él revolucionó la atención en Earlswood

John Langdon Down fue un médico británico del siglo XIX, cuya sensibilidad y humanidad transformaron la percepción y trato hacia las personas con discapacidades intelectuales. En 1866 fue el primero en clasificar la condición, que no tenía nombre ni reconocimiento médico claro. Su historia, más que un descubrimiento médico, es un testimonio de compasión en una época marcada por el estigma y el maltrato. Nació en 1828 en Cornualles, Inglaterra. Su carrera comenzó en el London Hospital, donde se graduó con honores. Pese a no tener experiencia previa en el cuidado de personas con discapacidades intelectuales asumió en 1858 el cargo de superintendente médico en el Asilo de Earlswood. Allí encontró condiciones deplorables: castigos corporales, falta de higiene y falta de estímulos para los pacientes. Él revolucionó la atención en Earlswood. Prohibió castigos físicos, contrató nuevo personal y estableció normas estrictas de higiene y cuidado. Introdujo actividades recreativas y educativas (jardinería, equitación, manualidades), para que sus pacientes tuvieran una vida digna y enriquecedora. Su empatía era evidente: tomó retratos de pacientes con ropa elegante y posando favorecedoramente. Esas imágenes y sus detalladas observaciones clínicas sirvieron para documentar las características del síndrome de Down. En 1868 fundó Normansfield, institución privada en Teddington, Inglaterra, concebida como un hogar cálido y lleno de posibilidades, equipado con altos estándares de comodidad e higiene. Allí las personas recibían educación privada y se les ofrecían espacios creativos para desarrollar sus talentos. Construyó un teatro dentro de la propiedad, mostrando su interés por el arte y el desarrollo integral, el Langdon Down Center and Normansfield Theater, legado vivo de su trabajo. El nombre Down no guarda relación con retrasos o pronósticos asociados al síndrome, sino que honra al médico que en una época oscura eligió ver la humanidad y el valor en aquellos que otros despreciaban. John Langdon Down fue un pionero, defensor del respeto y la dignidad de quienes vivían con la condición. Su historia recuerda que la verdadera medicina no solo radica en el conocimiento científico, sino en la empatía y capacidad de transformar vidas con actos de bondad.

 Según estudios de Misión Manuela Espejo existen 8 mil personas con Síndrome de Down en el país. El MSP reporta que 48,24 % son mujeres y 51,76% hombres.

Elio Roberto Ortega Icaza