Cartas de lectores: Soldados cansados es infantería olvidada

Dice la sabiduría interior que el dinero puede comprar una cama, pero no descanso

Dante Gebel (pastor evangélico argentino) en una prédica dominical se refiere a las vicisitudes que enfrentan en la guerra los soldados. Luego describe analógicamente las vicisitudes que los seres humanos enfrentamos día a día. Asimilado el mensaje nos vemos casi obligados a tomar conciencia de nuestra posición en nuestro diario trajinar y establecer objetivamente en qué andarivel nos ubicamos. 

Por circunstancias no permanentes podríamos estar posicionados como comandantes o como soldados, lo que desde ningún punto de vista nos resta protagonismo. Hago mi propia analogía sobre la base de la realidad de nuestro país, en el que politiqueros de pacotilla nos comandan sin considerar a nuestros soldados cansados y olvidados que deambulan por el mundo, buscando el sustento diario para sus familias, incluso sin considerar que su dizque excelsa gestión requiere del concurso de quienes se ubican en posiciones de ‘menor trascendencia’. 

Cuando termina la prédica el cuadro es desolador; el camarógrafo enfoca a latinos llenos de lágrimas y contraídas sus almas pensando en sus familias lejos de su alcance, a quienes no pueden proteger y abrazar. Son los que Gebel llama “soldados cansados”, quienes tienen que continuar batallando duramente para vivir, o para subsistir.

Dice Eduardo Galeano en Los hijos de los días (La fabricación del poder), que “en 1937 murió John D. Rockefeller, dueño del mundo, rey del petróleo, fundador de la Standard Oil Company. Había vivido casi un siglo. En la autopsia, no se encontró ningún escrúpulo”. Este mensaje hace reflexionar sobre que es preferible vivir feliz e incógnito, que ser famoso o vivir entristecido. Dice la sabiduría interior que el dinero puede comprar una cama, pero no descanso; diversión, pero no felicidad; sexo, pero no amor; una casa, pero no un hogar; un ataúd, pero no el cielo. Aprovecho para honrar y conminar a nuestros soldados cansados, una infantería olvidada, a que sigan adelante con su sacrificada labor, sin olvidar que su esfuerzo seguro será recompensado con creces cuando nuestro Creador lo disponga.

Efraín Flores Batallas