Cartas de lectores | Sin sometimientos
No importa que derrumbemos el horizonte del hermanamiento
Nuestro mundo evoluciona en una bifurcación de sensaciones, unas de avance y otras de retroceso, fruto de las contrariedades. Se suelen levantar muros en una tierra, que es de todos y de nadie en particular, para evitar el fructífero encuentro entre culturas. No importa que derrumbemos el horizonte del hermanamiento. Miedos e inseguridad hacen que se vaya creando un terreno fértil para las mafias, que suelen presentarse como protectoras de los olvidados, cuando lo que persiguen son sus propios provechos. Toda una didáctica pandillera, con una falsa mística corporativa, que lo que crean son redes de sumisión y de obediencia de las que resulta muy difícil desprenderse.
Víctor Corcoba