Cartas de lectores: SOS para usuarios del IESS
Somos cientos de miles de afiliados que merecemos pasar del estatus de víctimas al de beneficiarios, que es lo que por justicia nos corresponde
Quienes cumplimos con las obligaciones establecidas en el convenio entre el IESS y los afiliados y pensionistas, tenemos derecho a la seguridad social, que incluye los servicios de atención médica, la dotación de medicinas (incluidas las de precio elevado) y la pensión. Las deficiencias del sistema demuestran lo contrario.
Entre los problemas a solucionar está la negligencia, descortesía y quemeimportismo de parte de la mayoría de funcionarios y empleados del IESS, quienes asumen como prioridad el cuidado de su tiempo, que no debe ser interrumpido por el usuario, puesto que ellos aparentemente tendrían muchísimo que hacer, pues ya están allí -y si tienen nombramiento- se sienten intocables.
Si partimos de la premisa de que todo es perfectible, quienes sean nombrados directivos del IESS deberían ser afiliados que hayan vivido en carne propia la inoperancia y el maltrato tan habituales en el diario desenvolvimiento de la institución. Solo así podrían empoderarse de la responsabilidad de solucionar y mejorar la situación. La mayoría de los directivos que han pasado por la institución, muchos de ellos politiqueros, aventureros, prófugos de la justicia que, por circunstancias de la vida o por la coyuntura, es muy posible que no hayan aspirado a la pensión o atención médica del IESS, puesto que ‘ahorraron más de lo que ganaron’ y encontraron en el sector privado o en el exterior beneficios que están ‘a su altura’. Es por esto que no han tenido la necesidad de impulsar los cambios radicales que se requieren para transformar al IESS, considerando todo el dinero que ingresa mensualmente.
Sería un gran reto, entre los objetivos del actual Gobierno, financiar el pago de la deuda que mantiene con el IESS, blindar sus sagrados fondos, dar inicio a una reingeniería de procesos, reducir el personal (inmenso ahorro de recursos) y nombrar autoridades responsables que cumplan a cabalidad con sus funciones.
Somos cientos de miles de afiliados que merecemos pasar del estatus de víctimas al de beneficiarios, que es lo que por justicia nos corresponde.
Leonardo Cueva Piedra