Cartas de lectores: ¿Hasta cuándo sufres, querido Ecuador?
Patria querida, ¡cómo sufres!, al ver que no hay asistencia al agro, las cosechas se pierden por condiciones climáticas
Al contemplar la escasa calidad humana de nuestra funesta clase política, la mezquindad de los empresarios, lo rechazados que son los banqueros, la irresponsabilidad y desidia de funcionarios y autoridades en la solución de nuestros serios problemas, no nos queda más que exclamar: ¡cómo sufres querido Ecuador! Creo que hemos tocado fondo; los valores degradados dominan nuestra sociedad. La norma es ser deshonesto, pícaro, sinvergüenza; enriquecerse a costa de lo que sea, en el menor tiempo posible, es la consigna. Los políticos, que solo llegan a cargos públicos a servirse a sí mismos son ejemplo de la ruindad que gobierna el alma nacional. Querida patria, ¡cómo sufres!, al ver cómo los enfermos padecen en los hospitales públicos y del IESS porque no existen medicinas, ni equipos médicos, y el trato inhumano que reciben los condena a permanecer tirados junto a sus familiares en los pasillos o fuera de los hospitales. Duele constatar el enorme gasto público para todo, menos para brindar salud y educación de calidad a la población más desposeída (la mayoría de los ecuatorianos). Ecuador, ¡cómo sufres!, al que las familias se separan pues no tienen empleo y padres e hijos deben emigrar por falta de oportunidades, miseria y violencia. Patria querida, ¡cómo sufres!, al ver que no hay asistencia al agro, las cosechas se pierden por condiciones climáticas y falta de mano de obra que emigró a otros países o a ciudades más grandes del país. Ecuador, ¡cómo sufres!, al ver como el pueblo está atemorizado por el incremento de delincuencia común y de crimen organizado, de actividades del narcotráfico, extorsión y secuestro. Entre tanto, la política de seguridad es un completo fracaso y las autoridades solo dan cifras que ya nadie cree. Ecuador, ¡cuánto sufres!, al verte en tinieblas por la corrupción e ineptitud de nuestra nefasta clase política. Por esto y mucho más y para que no sigas sufriendo, elijamos bien a nuestras autoridades en las próximas elecciones. ¡Reflexionemos nuestro voto, digamos NO a los mismos de siempre!
Mario Vargas Ochoa