Cartas de lectores | Tala de árboles: impacto ambiental en Cuenca
El impacto ambiental es considerable y es inaceptable que funcionarios del Estado tomen decisiones
Quienes estamos informados de los efectos negativos de la tala indiscriminada de árboles, observamos con indignación la decisión del Municipio de Cuenca de eliminar unos 1.200 árboles de eucalipto (Eucalyptus globulus).
Esta medida carece de respaldo técnico y parece más bien una acción para silenciar las voces de la ciudadanía, indignada por la pérdida de vidas humanas que pudo haberse evitado con un manejo adecuado de la masa forestal, que habría permitido la implementación de medidas preventivas adecuadas, en lugar de la apresurada actuación de la que estamos siendo testigos.
El eucalipto blanco, originario de Australia y Tasmania, fue introducido en Ecuador en 1865 en el gobierno del presidente Gabriel García Moreno, transformando el paisaje de la serranía y convirtiéndose en una fuente de materiales para la construcción y la industria. Su madera se usa en la construcción estructural, muebles y otros productos.
Como leña, arde bien y deja poca ceniza. Se utiliza tradicionalmente como medicamento natural para muchas afecciones respiratorias. El cultivo de eucaliptos en bosques adecuadamente manejados no supone riesgos para personas ni construcciones. Esta especie, plantada en las riberas de los ríos, ha crecido con éxito en Cuenca (se han requerido decenas de años para su desarrollo).
Sin embargo, la expansión urbana sin planificación ha permitido la construcción de viviendas cerca de estos árboles, sin tomar en cuenta las distancias mínimas para garantizar la seguridad. Aunque no se recomienda como especie ornamental en parques urbanos, el eucalipto tiene beneficios ecológicos importantes: fija carbono, regula la temperatura, actúa como barrera rompevientos, y proporciona sombra y refugio para aves.
No se ha realizado una evaluación técnica previa de los árboles a eliminar, ni un plan de repoblación forestal que recupere los beneficios ambientales perdidos. Esto es especialmente grave en un contexto de adaptación al cambio climático. El impacto ambiental es considerable y es inaceptable que funcionarios del Estado tomen decisiones que afectan el bienestar de la ciudad.
Galo Durazno Alvarado