Cartas de lectores | Triunfo asqueroso

Los mercenarios de la Guardia Bolivariana pagada por el gobierno están bañando de sangre a Venezuela

Digno del pervertido socialismo siglo XXI, Maduro canta y baila mientras los verdaderos beneficiarios del robo le hacen coro y aplauden. Este títere da lástima y asco. Líderes poderosos que como Putin lo han visitado, no han podido disimular la repugnancia que provoca su talante y deficiencia intelectual. EE. UU., Canadá, Argentina, Costa Rica, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay encabezan los países que piden la revisión del proceso exhibiendo actas oficiales y con supervisión de observadores internacionales imparciales; ellos no aceptarán un triunfo forjado aunque Maduro los expulse de Venezuela, como ya ocurrió. Tras un sospechoso silencio ya utilizado en Ecuador por el prófugo delincuente, los pícaros expertos en estos trucos viraron las cifras que daban como vencedor a Edmundo González Urrutia con al menos 70 puntos de ventaja. El presidente del CNE, el chavista Elvis Amoroso, anunció un 51,2 % de Maduro sobre González, con inusual y sospechoso apuro, que desconsoló a millones de venezolanos que hacían maletas para regresar a la patria robada por los delincuentes Chávez y Maduro por 25 años. Los mercenarios de la Guardia Bolivariana pagada por el gobierno para suplantar al ejército están bañando de sangre a Venezuela; cumplen la orden que dio Fidel Castro a Chávez: “Hay que eliminar el ejército. Primero hay que sobornar generosamente a los altos jefes y sus esposas con regalos y empleos bien remunerados; luego hay que amenazarlos y si a pesar de esto se niegan a sumarse a la revolución, hay que matarlos, resulta más barato”. Luego de que China, Irán y Rusia felicitaron a Maduro y EE.UU. y la Unión Europea exigen cuentas claras, el dictador ofrece firmar un decreto para un diálogo nacional que favorezca “nuevos consensos y un entendimiento entre las fuerzas políticas del país”, dádiva sin duda generada por el reconocimiento que han hecho a su gobierno los opositores, también candidatos derrotados, Benjamín Rausseo, Daniel Ceballos y José Brito. Si la única acción del pueblo contra el dictador Maduro y su fraude grosero es la unión férrea y valiente de todos los venezolanos en las calles hasta tumbarlo o morir, no es consolador que tres líderes ‘boten la toalla’ al segundo día del delito y feliciten al criminal tal vez pensando en alguna futura recompensa. Actos cobardes como este quizá animaron al Libertador Bolívar en sus batallas y conquistas a jamás utilizar soldados venezolanos.

Carlos Mosquera Benalcázar