Cartas de lectores: Hacer turismo en Guayaquil

Hoy están los galpones de Guayarte que dañan el entorno natural

Siempre he hecho turismo, con mucho orgullo de mostrar mi ciudad de Guayaquil. La alcaldía de León Febres-Cordero fue la que nos devolvió el orgullo de ser guayaquileños, al recorrer el Malecón 2000, visitar el Museo en Miniatura, donde está la historia de Guayaquil; ir al Palacio de Cristal, donde había presentaciones culturales; visitar las iglesia, como la de San José. 

El parque del Centenario lucía muy bien cuidado, con sus estatuas de gran belleza; el Seminario, con su pérgola, bancas de hierro y las iguanas. El estero Salado, en cuyas aguas limpias de antaño se hacían paseos en yate o se caminaba bordeándolo. La antigua Universidad de Guayaquil, de gran belleza arquitectónica

Luego, en la alcaldía de Nebot se abrieron el Museo y la Escuela de la Música, que dirigió la historiadora Jenny Estrada Ruiz, con su Escuela del Pasillo Nicasio Safadi, donde se realizaban hermosas tertulias los domingos en la mañana. Y los lunes culturales de Yela Loffredo de Klein. Luego vino el deterioro en la alcaldía nefasta de Cynthia Viteri. En el Puente de la Juventud o puente Zigzag era precioso divisar garzas; se caminaba viendo un entorno natural y conectaba con el puente de la Universidad Católica. Hoy están los galpones de Guayarte que dañan el entorno natural.

La Catedral hace poco se abrió al público para poder estar cerca de los vitrales de gran belleza y del Belén más grande que hemos visto. El Centro Cívico, con su entorno natural precioso del parque Forestal. Allí estuvimos hace poco en una obra de teatro que ofreció Katia Murrieta, rememorando la Navidad y el Fin de Año de antaño, con artistas que hicieron vibrar de emoción y recuerdos al público. El teatro Centro de Arte nos ofrece todas las semanas obras interesantes a precios módicos, en sus tres salas. El Museo Presley Norton nos ofrece todas las semanas espacios culturales, en lo que fue la Villa Herlinda, construcción digna de conocerse. En pleno Centro de Guayaquil, tiene estacionamiento para los asistentes. Y si desea salir de la ciudad está Garza Roja con sus museos, su entorno natural y paseos en yate por el río Daule; o un programa en Lago Capeira: una tarde de guitarra española y astrología gitana.

He descrito una parte de lo que nos ofrecen en cultura y esparcimiento nuestra querida Guayaquil. Nosotros como guayaquileños debemos promocionarla.

Laura Esther Gómez Serrano