Cartas de lectores: El velerismo ecuatoriano hoy duerme sobre las olas

El caso más fresco y triste fue el de la atleta Morejón, que tuvo que correr en un torneo internacional con zapatos rotos

Desde que la clase Optimist organizó uno de los campeonatos mundiales más sonado y numerosos de la historia náutica, hasta hoy nadie ha vuelto a inflar sus velas, como lo hacían antes sobre el Guayas o en la laguna de Chongón, donde la dirigencia construyó un muelle de madera en que acoderaban la clase Lightning y Laser. Salinas fue escenario del Sudamericano Lightning, que lo ganó nuestro país en 1964 con Horacio Feraud, Antonio Pino y Santiago Maspons, que también fue campeón en los Juegos Bolivarianos de 1965. La clase Optimist nació en Clearwater, Florida, EE.UU., donde miembros de un club hacían competencias por calles y plazas utilizando viejas cajas de jabón a las que ponían ruedas y una vela de trapo. Al poco tiempo estos juegos fueron prohibidos por autoridades de tránsito y ahí el diseñador Clark Mills regaló al club los planos de una embarcación hecha a base de las mismas cajas de jabón a las que bautizaron como Optimist. Asimismo, la industria privada obsequió más embarcaciones y el club en agradecimiento las adornó con llamativos anuncios de los donantes. Esperemos que este hermoso ejemplo sirva para que jóvenes empresarios ecuatorianos hagan las veces de mecenas y los atletas seleccionados para los Juegos Olímpicos de París puedan paliar en algo estos momentos difíciles de crisis política y económica, con una ley del deporte que no sirve para nada. El caso más fresco y triste fue el de la atleta Glenda Morejón, joven azuaya que tuvo que correr en un torneo internacional con zapatos rotos, mientras al interior del ministerio del ramo guardaron silencio. Ecuador nunca fue un país tan empobrecido como ahora, por asambleístas y politiqueros mafiosos que están huyendo de la justicia, jueces y fiscales corruptos, religiosos alcahuetes y un pueblo amnésico. Desde que la clase Optimist llegó a Ecuador, muy pronto se convirtió en una de las más populares junto a Brasil y Argentina, época dorada en que también se practicaba por todo el norte de Europa, hasta que en 1962 fundaron en Inglaterra la Optimist Class Racing Association, que brilló contra Noruega, Suecia, Alemania y Dinamarca. Como seguidor permanente del deporte náutico, quisiera saber qué está ocurriendo en el velerismo ecuatoriano y si es verdad que la dirigencia que antes se movía auspiciando y organizando eventos para novatos desde los muelles de Chongón y Salinas Yacht Club, se cansó de asumir esas responsabilidades.

José Emilio Ruiz Ortiz