Cartas de lectores: La vendedora de girasoles
Antes de la caída del sol recolecta las flores y las vende para que nuevas parejas crean en el amor que ofrece un girasol
Es joven y guapa, recorre el parque y malecón de La Libertad-Santa Elena, ofreciendo girasoles a parejas que se cruzan por su camino, a enamorados que se citan en estos parajes. Lleva un sombrero de ala grande de paja toquilla, collares de colores y pendientes largos de plata. Su vestido de amplia falda al caminar juega con el viento. “Regale girasoles, la flor de mis amores. Son bellas, atraen amor y prosperidad”, canta a viva voz la vendedora de girasoles, quien viene de una relación fallida. Para enamorarla le regalaron decenas de rosas cerca del muelle de la ciudad comercial. Ya no cree en las rosas rojas, las detesta. Su nuevo amor para que lo aceptara solo le ofrecía ramos de girasoles. Las flores secas fueron esparcidas por el patio de su casa. Ahora su estancia, en un barranco cerca del mar, luce un arco de estas flores, su jardín se cubre de girasoles. Antes de la caída del sol recolecta las flores y las vende para que nuevas parejas crean en el amor que ofrece un girasol. Cuando no alcanza a venderlos los regala a quienes pasan a su lado, por su ruta cubierta de sol.
Evelio Patricio Reyes Tipán