Cartas de lectores: La vida y la Navidad
Paso a paso vimos, la luz que del otro lado, con guiños nos dijo, reza, y no estés tan desesperado
¡Cómo no estar inmersa vida en esta tu llamarada!, unas veces lo dices todo..., pero otras veces no dices nada. Te requiebras impaciente por seguir en la jugada, pero entonces dudas, ¡Si abandonarse en el limbo o hundirse en la marejada? ¿Qué pasa, pregunto vida, que te quedaste callada? Ya no vemos los jilgueros, el día es un desvarío, la gente malhumorada, hasta las mariposas duermen y la tierra luce cansada. Casi no miramos nada, los ojos están cerrados; ante la justicia hostil, las discordias, las ausencias, a Dios pedimos clemencia. ¡Ya no podemos vivir!, todos estamos cansados. Pero ansioso está mi ser por la vida cotidiana, la que nos agrada a todos y que nos recubre el alma; queremos una mirada, un abrazo, una luz que nos dé calma. Es esta la incierta vida, que hoy nos toca vivir, que desgrana a la esperanza y aunque tarde ésta en venir, la esperamos con ansias, de una manera febril. La paz se vino acercando, aunque lenta la deseamos, cantando le dimos vida, orando la coronamos. Paso a paso vimos, la luz que del otro lado, con guiños nos dijo, reza, y no estés tan desesperado. Ven luz, dijimos de pronto, que te estoy aquí aguardando, con brazos abiertos, con amor y con boato. ¡Y la Navidad se acercó, vi luz por todos lados; se resuelven las disputas, se disipan las angustias; alma y cuerpo están sanados. Por eso te quiero vida, ya llegó la llamarada, el ¡Niño Jesús, lleno de amor!, renació en la madrugada.
Myrna Jurado de Cobo