Cartas de lectores: Votación para abril

El 13 de abril no solo definirá el próximo mandatario, sino el destino político y económico del país. Su voto vale

El voto es una expresión auténtica, libre, de la voluntad popular, basada en la reflexión y el razonamiento, y es un derecho. Obligar a la ciudadanía a votar convierte a este derecho civil y político en un instrumento electoral, que legitima, penosamente, a una mala calidad de la representación política y la democracia

En los últimos procesos electorales se refleja un sistema político fallido; en la última se registró un 71 % de desinterés en temas políticos y el 78 % de la ciudadanía no se siente representada por un partido político. Entonces, ¿cuál es la utilidad del voto? Todos los ecuatorianos quisiéramos que nuestro voto fuera la representación ideal de nuestros principios y valores. 

Pero la realidad es que toca votar por el mal menor. Sin embargo, en esta elección se observó un fenómeno muy particular con respecto al voto útil. El sentimiento cívico convierte al voto en un instrumento de reacción más que de reflexión, donde las decisiones electorales se toman impulsadas por la frustración, el miedo o la esperanza. 

Por lo tanto, el sufragio es una expresión genuina de preferencia política, para convertirse en un mecanismo condicionado por el contexto electoral, de rechazo y límites, de la voluntad democrática. En los momentos actuales, los dos candidatos finalistas para segunda vuelta tienen que buscar a los votantes nulos (6,80 %) y los blancos (2,16 %) que suelen ser producto de la indecisión o apatía ciudadana. 

También son interpretados como una forma de protesta. Por otro lado, Iza, con el 5,25 %, son votos que tienen que ser negociados, así como los demás que alcanzaron un menor porcentaje, y no se descarta la opción de alianzas. La politización dejó muy poco espacio para maniobras políticas en el balotaje.

La segunda vuelta electoral se perfila como una contienda decisiva, que definiría el rumbo del país. El resultado dependerá de quién logre conectar mejor con quienes no han decidido su voto y quienes no votaron. El 13 de abril no solo definirá el próximo mandatario, sino el destino político y económico del país. Su voto vale.

Robespierre Rivas Ronquillo