Cartas de lectores: ¿Quién comenzó?
Esta ilícita y vergonzosa resolución del gobierno mexicano enerva la dignidad del gobierno y pueblo ecuatoriano
La Cancillería mexicana está posicionando internacionalmente la idea de que “la furia de Noboa lo llevó a irrumpir la embajada mexicana en Quito” (La Opinión, periódico digital mexicano), violando la Convención de Viena. No creo que sea así. Debemos colocar los eventos en su justa dimensión y tiempo.
El presidente Manuel Andrés López Obrador (MALO no AMLO) habló sobre las elecciones presidenciales de Ecuador en 2023, dando a entender que Daniel Noboa había llegado “de manera muy extraña” a la presidencia gracias al asesinato de otro de los candidatos presidenciales, Fernando Villavicencio.
Declaraciones que obligan al presidente ecuatoriano a declarar persona ‘non grata’ a la embajadora de México en Ecuador, tal como prevé la Convención de Viena. Segundo: en forma prepotente y descarada, MALO concede asilo diplomático al exvicepresidente Jorge Glas, pensando que el art. II de la Convención sobre Asilo Diplomático (Caracas 1954) “Todo Estado tiene derecho de conceder asilo; pero no está obligado a otorgarlo ni a declarar porqué no lo hace”, le permite moldearlo como le venga en gana.
El art. III, de la misma convención manifiesta: “No es lícito conceder asilo a personas que al tiempo de solicitarlo se encuentren inculpadas o procesadas en forma ante tribunales ordinarios competentes y por delitos comunes, o estén condenadas por tales delitos y por dichos tribunales, sin haber cumplido las penas respectivas, ni a los desertores de fuerzas de tierra, mar y aire, salvo que los hechos que motivan la solicitud de asilo, cualquiera que sea el caso, revistan claramente carácter político”.
Siendo México el Estado asilante, le correspondía la calificación de la naturaleza del delito o de los motivos de la persecución (art. IV). La justicia ecuatoriana le envía toda la documentación generada en los distintos juicios penales al exvicepresidente Glas.
El gobierno de López Obrador considera que las pruebas son insignificantes y concede asilo político al peticionario “porque México tiene una política exterior caracterizada por la protección a perseguidos”, lo cual convierte a México en un ‘paraíso asilante’, similar a un paraíso fiscal. Esta ilícita y vergonzosa resolución del gobierno mexicano enerva la dignidad del gobierno y pueblo ecuatoriano y obliga al presidente Noboa ejecutar la orden de captura a Glas, en la embajada, desarmando las pretensiones de MALO, quien pensaba llevárselo a su país, pintándonos la cara de vergüenza y humillación ante la diplomacia mundial.
Wilson O. Ruiz Calle