Estamos a pocos días de celebrar y todo huele a Navidad
Esperamos que en esta Navidad nuestro Ecuador nazca con el niño Dios dentro de cada uno de nosotros
Sí, estamos a tan solo unos días de celebrar la Navidad: tiempo de encuentro, familia, regalos, gratitud, solidaridad, amor... Pero lamentablemente, no nos engañemos: estas festividades están empañadas por el agobio colectivo de los ecuatorianos, la desesperanza que lacera a miles de familias pobres, por la angustia que anida la gran ola delincuencial y de criminalidad que estamos viviendo, la falta de empleo, no tener un techo bajo el cual vivir y el hambre. Esperamos que en esta Navidad nuestro Ecuador nazca con el niño Dios dentro de cada uno de nosotros. Es hora de que cada ser humano de nuestra patria deje de sentirse miembro de una masa de seres indiferentes, sometidos por la desilusión, separados por el discurso oficial. Cada uno es un ser único, distinto e irrepetible, que debe convertirse en un ciudadano orgulloso de su patria, participando de un destino común, responsabilizándose por la construcción de un mejor país, obra de todos. Estamos dejando atrás un año difícil, de crisis económica, social, política, de lacerante inseguridad ciudadana, violencia social, femicidios, falta de empleo, galopante corrupción, criminalidad, drogadicción de niños y jóvenes. Esperemos que en esta Navidad estrellas bendigan el alma de todos los que habitamos este bendecido y bello país, con la esperanza de que el Ecuador que anhelamos sea dueño de su propia grandeza. Ojalá en la próxima Navidad, si Dios lo permite, podamos manifestar lo contrario: que el éxito nos motive y no la desesperanza ni el miedo de ver tanta delincuencia, ‘vacunas’ y criminalidad.
Ec. Mario Vargas Ochoa