La educación abre puertas

Recuerda, no es la apariencia es la esencia. No es el dinero, es la educación. No es la ropa es la clase

Un hombre educado es una persona de mundo, con una gran educación. Tiene su carta bajo el brazo, puede agradar a las personas en su entorno, y los hace sentir a gusto con su compañía. Tiene tópicos de conversación y su elocuencia es una variedad que lo vuelve interesante. Un hombre educado se caracteriza por sus cualidades, como la honestidad, sensibilidad, empatía, valores y principios morales, de la mano con la sencillez y humildad que lo caracterizan. Tiene esa bondad de hacer el bien al prójimo plasmando una huella indeleble que inspira su personalidad. Con su elocuencia sabe llegar a los demás, su carisma es una cualidad para atraer a otras personas por medio de su inteligencia y el sentido del humor. Un hombre educado, de excelentes modales, se comporta como todo un ‘gentleman’.

Recuerda, no es la apariencia es la esencia. No es el dinero, es la educación. No es la ropa es la clase.

El emperador romano Julio César decía: hay que serlo y parecerlo.

No importa si es mucho o poco: lo que cuenta es el detalle de un caballero educado.

Javier Valarezo Serrano