Educación en la ruralidad
La educación en Ecuador se ha visto enfrentada a un gran desafío. La pandemia que nos azota, además de haber visibilizado las grandes deficiencias que tenemos en el área de la salud y demostrado la fragilidad de muchas de nuestras empresas, ahora nos presenta la necesidad de implementar soluciones tecnológicas en un país donde muchos de sus habitantes siguen comunicándose por mensajes de texto. Muchas familias en el campo se han quedado estupefactas ante la educación ‘online’, que a diferencia de la presencial no solo necesita la firme disposición de aprender y asistir a un aula de clases. En esta nueva realidad se necesitan equipos tecnológicos y conectividad, dos cosas que en el campo no hay. Es necesario ponerse en los zapatos de una familia que tenga 3 hijos, todos de cursos diferentes, que necesiten acceder a sus clases a la misma hora, guiados por un padre o una madre que en muchas ocasiones no pudieron terminar ellos mismos la primaria. ¿Quiénes serán los encargados de medir el grado de aprendizaje de los jóvenes? Y ante la inminente necesidad de aislamiento, ya que este virus no se va a ir; al no disponer de cifras claras de la afectación a la ciudadanía, los habitantes están en cualquier color, menos en los que muestran los semáforos. Es necesario que el sector rural tenga acceso a equipos tecnológicos, y universalizar el acceso a internet. Por otro lado, económicamente ha sido imposible sostener la situación de la baja de matrículas evidenciando que la educación pública tendrá que absorber esos nuevos estudiantes que irán a parar a sus aulas. Es por esto que toda la red de maestros debe ser debidamente capacitada y actualizada en los usos de la tecnología de la información y en los métodos de enseñanza ‘online’ que son muy distintos a los métodos presenciales.
Francisco Ramírez P.