Muy eficiente el servicio de vacunación en Guayaquil

¡Qué fácil es tratar bien al público! Entrega energía a quien lo recibe y a quienes lo entregan. Entonces debemos preguntarnos el porqué no se atiende bien al público; servicios privados también. La gente ve lo gratuito como si fuera un regalo, no le pone esmero o importancia, sin prestar atención que son los impuestos los que pagan esos servicios. Tal vez porque la mayoría de la clase desposeída no paga impuestos directos. Sí paga en la cola, el detergente, la cerveza, etc., etc.

La ideología de la no vacunación que una colectividad ha emprendido y que se encuentra viralizada mundialmente, no me llegó. El viernes 16 de abril me vacuné y no he tenido complicaciones ni reacciones adversas. El tiempo que me llevó fue de tan solo treinta minutos, sumados los diez que me pidieron para observación. Lo que sí estoy obligado a difundir es la muy buena atención que se entrega en el Hospital de la Mujer A. Paulson. La delicadeza, prontitud, puntualidad y cuidado por parte del personal de Salud, voluntarios y del Municipio de Guayaquil es envidiable.

Es conocido que en nuestro país los servicios gratuitos son de llorar, de no creer. Los empleados públicos tratan a los usuarios como si no les pagaran, sin diligencia, sin empatía y si pueden mandarlo con viento fresco, mejor.

Ab. Franklin Lituma Manzo