Elecciones 2025: entre el caudillismo obsoleto y líderes nuevos opacos

Los candidatos al solio presidencial no han entendido que la mayoría de los ecuatorianos no creen en los partidos políticos

A pesar que la ley electoral del Ecuador establece de forma clara que las campañas políticas deben ceñirse a esta, en nuestro país se ha desatado desde varios procesos eleccionarios atrás, que los candidatos a ocupar cargos de elección popular, sin el menor respeto a la Constitución y a la mencionada ley, organicen todo tipo de eventos de lanzamiento de sus campañas, los que tampoco cuentan con el control del célebre CNE.

En medio de todo esto se encuentra el noble pueblo ecuatoriano, del que en realidad nadie se acuerda y que en la bruma de tanta palabrería barata y vacía de los candidatos, busca muy en sus entrañas, las fuerzas para renovar la esperanza, a pesar deque la clase política le ha quedado debiendo y ha destruido sus anhelos, sueños y aspiraciones de manera sistemática, sin la menor consideración, olvidando la enorme responsabilidad de gobernar.

Lo cierto es que los flamantes candidatos al solio presidencial no han entendido que la gran mayoría de los ecuatorianos no creen en los partidos políticos, anquilosados y subyugados por caudillos obsoletos, que solo piensan en sus mezquinos y bastardos intereses y que lejos de guiar a la nación a mejores derroteros, lo que han hecho es apoderarse del país y sus instituciones públicas fundamentales para el sometimiento de la democracia, convirtiéndolos en sucursales de sus negocios y componendas malsanas, destruyendo desde adentro sus nobles objetivos, al extremo de llegar a tenerlos al borde de la extinción.

Y así caminamos los ciudadanos hacia un nuevo proceso eleccionario, a tientas en esta imperfecta democracia, desmotivados por la dura realidad con la que vivimos a diario, en donde cientos de miles de jóvenes no estudian ni trabajan porque el sistema no les da la oportunidad, y lo único que les queda es buscar la forma de emigrar, incluso exponiendo sus vidas.

Además, la encrucijada es grande para el ciudadano de a pie, porque permanece atrapado entre aquellos políticos desgastados por el tiempo y por su ineptitud, que no aceptan que su tiempo ya pasó y líderes opacos que, realmente no son nuevos sino más de lo mismo, que se enfilan ahora para enfrentar una nueva etapa electoral. ¡Pobre pueblo ecuatoriano!

Mario Vargas Ochoa