¿El último gol?

La fabla castellana: oro puro, búcaro encendido de primores. De la sílaba al verso más logrado es numen de iniciados y poetas. El señor de los doctos futbolero vela por todos sus guerreros: niños y jóvenes, y por los ancianos. A mis 65 años, por cumplirlos en 2020, pienso en el retiro. Con más de 55 años de jugar pelota los fines de semana. No quisiera parar nunca, pero las fuerzas ya no son las mismas. El cerebro ordena una jugada y las piernas flaquean como testigo falso. El último gol o, el penúltimo, está a punto de colarse en los piolines. En el alero de la nostalgia, donde moran las telarañas del olvido. Y como el Aucas tampoco fue campeón, ni consuelo en el adiós de mi pasión futbolera.

Fausto Zambrano Z.