Hay que pensar primero en los hospitales

El país se apresta, en los primeros días del mes de febrero del año próximo, a vivir un nuevo proceso eleccionario, que a gran parte de la población no le interesa.

Además de elegir a nuevas dignidades como alcaldes, prefectos, concejales, consejeros y otros, se va a realizar una consulta popular que le va a costar esta vez a los ciudadanos de este país, solo a los que pagamos impuestos diariamente, 18 millones de dólares. ¿Increíble, verdad?, pero cierto.

Ni que decir del otro costo financiero que representa la designación de las nuevas autoridades antes mencionadas y que no les va a representar ningún beneficio a los ciudadanos de este país. Son tan cínicos estos candidatos que ya pasan perifoneando y haciendo bulla por todos los barrios, anunciando a sus candidatos, a quienes su participación no les cuesta ni un solo centavo de su bolsillo. Se pasean repartiendo besos, abrazos y obsequios, aunque saben que está prohibido hacer propaganda política anticipada, porque existe una fecha determinada para hacerla. Como siempre, ya salió la cantaleta famosa: “Es que existe un vacío en la ley” y que por eso “no pueden ser sancionados”.

Las paredes de algunas edificaciones de ciudadelas, parroquias y cantones ya están pintarrajeadas con los nombres y fotos de los candidatos. Y nadie dice nada. No hay que olvidar que lo hacen con el dinero recaudado en impuestos que pagamos los contribuyentes.

El actual Gobierno ha preferido atender primero al CNE y a los partidos políticos, que destinar los fondos que tanto necesitan los hospitales públicos para la compra de medicamentos, para jubilados y personas que tienen enfermedades catastróficas, y que durante todo este año, que ya termina, no han sido atendidos. ¿O es que no ven los reportajes sobre los afiliados y gente que se queja afuera de estos hospitales?

Roberto Flores