La inseguridad del Seguro Social

El IESS ha ido involucrándose en política y teniendo en las direcciones a personas no especializadas en salud, sino gánsteres con corbata, expertos en tráfico de influencia

El IESS debe estar en manos de los afiliados. Actualmente está en situación delicada, pese a su capacidad y solvencia frente a sus obligaciones sociales. Observamos periódicamente el mal funcionamiento de los directivos, incapaces de una buena planificación para un buen servicio a sus afiliados, así como pésimos gobiernos, que irrespetuosamente le metieron mano. El IESS ha ido involucrándose en política y teniendo en las direcciones a personas no especializadas en salud, sino gánsteres con corbata, expertos en tráfico de influencia, en negociar medicamentos con sobreprecios, contratos de obras inconclusas, etc. Resulta increíble que no haya sido posible regularizar la provisión de medicamentos para las unidades hospitalarias. Los usuarios reclaman remedios, turnos para sus consultas -son cada 3 o 6 meses-, atención quirúrgica, etc. No hay agilidad en los trámites. Y la deuda estatal con el IESS subió a más de $ 8.369 millones. No se puede tolerar que caduquen los medicamentos (más de $ 5 millones), y que se denuncien compras con excesos. No se trata de falta de panificación y control en procesos de abastecimiento de medicinas, almacenamiento y entrega a hospitales, sino andamiajes de compras con beneficios deshonestos, con estructurada complicidad, aunque se cambie de directivos. Y surge otro problema vergonzoso, de aspecto político, sobre el vocal de los afiliados al Concejo Directivo, considerado fraudulento por el FUT, que analiza movilizaciones en rechazo a su posesión. Estamos a punto de perder el esfuerzo de décadas. Deberíamos dar paso a una intervención urgente para erradicar la corrupción.

Robespierre Rivas R.