Irrespeto a la soberanía
He leído con mucha indignación y preocupación que hay unos doce expresidentes de países amigos que han hecho una solicitud a Interpol para que no dé paso a la solicitud de alerta roja planteada por Ecuador en contra del expresidente Rafael Correa. No cabe duda que tiene el derecho a hacer esa solicitud, pero este se limita a pedir que no se acate la solicitud. El opinar sobre la manera en cómo actuó la justicia en ese o en cualquier otro caso es un atentado contra la soberanía del Ecuador. Nadie le da derecho, ni a expresidentes, ni a ciudadanos de otros países a inmiscuirse en asuntos internos del Ecuador. El comunicado mediante el cual solicitan a Interpol que no acate el pedido del Ecuador en contra del expresidente Correa, incluye críticas al proceso judicial que terminó condenando a este señor. Es en este punto donde no estoy de acuerdo; considero que atenta contra nuestra soberanía. Cualquier exmandatario que hubiera ejercido con probidad su cargo está obligado a entender los límites de sus opiniones sobre otro país. Quien no lo hace así demuestra una capacidad muy limitada con respecto al concepto de soberanía, impropia de alguien que ha ejercido una primera magistratura. Y haya un exmandatario que auspicie un pronunciamiento de esta naturaleza en contra de su propio país, induciendo a que incluyan sus propias opiniones, nacidas de su disconformidad con el resultado del accionar de la justicia, es de lejos inaceptable. Tampoco él entiende lo que es soberanía. La Corte Nacional de Justicia y el mismo presidente del Ecuador están en la obligación de rechazar rotundamente esta pretensión de imponer criterios de extraños que se hacen cargo de la opinión de un condenado por la justicia ecuatoriana sobre la actuación de nuestra justicia, y emiten criterios sobre ella. Estoy en desacuerdo con la intervención de personas distintas a las de los ciudadanos de dicho país, quienes sí tienen derecho a criticar actuaciones de los órganos internos. El emitir opiniones sobre asuntos internos de otro país es un irrespeto a su soberanía.
Ing. José M. Jalil H.