Que el ministro de Educación derogue decretos ministeriales perjudiciales
Señor ministro, reúnase urgentemente con los maestros y conocerá cómo está la educación
A solicitud de colegas maestros de primaria y secundaria hago este comentario. El correísmo se esmeró en que niños y jóvenes de nuestra patria no tengan la preparación debida para defenderse en la vida diaria y solo sirvan para peones. Creó la Ley de defensa del niño, donde expone que ni los progenitores pueden reprender a sus hijos y si lo realizaban podían ir a la cárcel. Ello se trasladó a los establecimientos educativos, donde el maestro no puede alzar la voz, pues de inmediato el estudiante protesta y con ello el maestro es sancionado. Los alumnos ya no acatan los reglamentos que tiene cada establecimiento educativo: uniforme limpio, corte de cabello, no usar aretes los hombres; todo quedó en el tacho de la basura. Con estos antecedentes, señor ministro, ¿qué profesor puede dar sus clases? Lo peor es que tienen los celulares a la mano. El correísmo violó la Ley de Comunicación: ningún maestro puede dar entrevistas al periodismo; tiene que solicitar permiso al Distrito o ser cancelado inmediatamente; este decreto sigue vigente. Para proteger al maestro, los nombramientos deben regresar a cada establecimiento educativo y también las matrículas, que deben darlas escuelas y colegio; con ello se conoce a cada padre de familia. Se debe designar conserjes y secretarias. También el dinero de cada bar se debe dejar a las escuelas y colegios para que sirva para aseo, gastos de secretaría y otros menesteres. Señor ministro, reúnase urgentemente con los maestros y conocerá cómo está la educación.
Gualberto Arias Bonilla