Muerte lenta del puente Santay
El puente es importante para el turismo, no lo dejemos morir.
Sí, el puente Santay poco a poco se destruye: muchas protecciones plásticas está rotas. Las bellas simulaciones de velas están hechas girones, las lonas destruidas apiladas en rincones, dejando a plena vista el descuido y quemeimportismo en su mantenimiento. Meses atrás nos visitaron veleros internacionales y pasaron sin novedad cuando el puente levadizo lo permitió; estos capitanes sí sabían su oficio: de corrientes, mareas y vientos. No se dio ningún percance. Cuando el velero insignia de Brasil chocó contra el puente surgieron voces de que “las fuertes corrientes” lo hacían peligroso para la navegación, que lo mejor sería desmantelarlo. ¿Nuestro río no es conocido por ser el manso Guayas? A mi parecer hay intereses, sectores que verían de buen grado derribar el puente. Guayaquil necesita turismo para generar trabajo y oportunidades; ese puente enlaza a una comunidad que trata de progresar, un grupo de personas sencillas, trabajadoras, dedicadas a la pesca y a atender a los visitantes. Derribando el puente se los condenaría al olvido y la miseria. Las camineras, igualmente presentan deterioro, dificultan el caminar seguro y es un peligro para los ciclistas. Defensor del Pueblo, defienda a la comunidad que mora en la Isla Santay, que arreglen inmediatamente el puente y las camineras, defienda su calidad de vida . Ninguna autoridad se acuerda de ella o no les importa. El puente es importante para el turismo, no lo dejemos morir.
Daniel Uyaguari Zh.