La obra pública y la corrupción

Hoy el cáncer de la corrupción ha llegado a su etapa terminal, no hay medicina que pueda combatirle

El virus de la corrupción en Ecuador nace y echa raíces en la obra pública desde el inicio de la república hasta mediados del siglo 20. La obra se ejecuta mediante administración directa; la institución pública realiza la construcción, al principio y buena parte del período con su dirección y mano de obra de la población beneficiada. Se cansaron los moradores y el Estado tuvo que contratar mano de obra con terceros; la dirección técnica y materiales está a cargo de la institución. En los 60 observaron que el sistema por administración directa es lento y costoso y deciden entregar la responsabilidad de la construcción de la obra pública a un contratista. Nace el contrato de construcción actual; para la corrupción hay alegría, inicia su desarrollo, tiene más frentes de acción (administración, fiscalización, mano de obra, materiales y maquinaria). La administración inventa la vacuna de construcción para ganar el contrato. El oferente paga un porcentaje del valor; inicia camuflado con 5% y llega descarado a 25% (insólito, la utilidad es 10%); el valor es entregado conforme avanza la construcción. En los 80 aparece la inflación y el contratista no puede pagar por falta de liquidez. La vacuna está en peligro y para mantenerla se inventa el Anticipo de Obra, figura legal que permite entregar al contratista antes de iniciar la obra un porcentaje del valor del contrato que llega hasta el 50 %. La consecuencia fatal, obras costosas e inútiles. Hoy el cáncer de la corrupción ha llegado a su etapa terminal, no hay medicina que pueda combatirle.

Marco A. Zurita Ríos