Ovejas, carneros, corderos y borregos

El borrego es un animal que no hace mal a ningún otro.

Es muy de mal gusto realizar críticas ofensivas, peor valiéndose de un animal al que la Revolución Ciudadana ha escogido como símbolo de campaña electoral. A sus seguidores, los contrarios desde sus comienzos les endilgaron el calificativo de borregos. Conociendo la definición y que borrego se le dice a una persona que se somete gregariamente a la voluntad ajena, o a la persona sencilla e ignorante, cuando se mencionaba peyorativamente, con el ánimo de insultar, ahí estaba bien, pero cuando el partido político lo toma como símbolo de su campaña, se descarga toda una batería de misiles en contra de ese uso, haciendo notar que la palabra borrego ahora sí es denigrante. Estudios de la Universidad de Cambridge sobre las ovejas determinaron que son animales sociales e inteligentes, capaces de reconocer los rostros de otros de su especie, de sus pastores, confirmando que el gran cerebro de las ovejas tiene capacidad suficiente para realizar una tarea tan compleja como el reconocimiento facial. Oveja es la hembra, el macho es el carnero y corderos son los críos de uno a dos años; a partir de ello la cría es llamada borrego. Cordero de Dios es un título otorgado a Jesús, que aparece en el Evangelio de Juan. Como el hombre está destinado “a destruir todo lo bello de este mundo”, sentencia de Boris Pasternak, la designación de borrego se arraigó en la cultura bajo el concepto de persona que se somete dócil o servil a la voluntad de otro. El borrego es un animal que no hace mal a ningún otro.

César Antonio Jijón Sánchez