Cartas de lectores: Un país bendecido y agradecido
Un pueblo ciego es un pueblo ignorante y un instrumento ciego de su propia destrucción
Un presidente de un país debe ser servicial, dispuesto a prestar ayuda a su pueblo. El valor de ser servicial genera actitud valorativa. Una persona servicial siempre piensa en los demás y en su bienestar. Un jefe de Estado es un líder soberano, escogido por su pueblo para su representación. Un país necesita tener un presidente que lo represente con valores éticos, honestidad, transparencia, imparcialidad, justicia, legalidad y respeto a los derechos humanos. Seamos agradecidos con las personas que nos hacen felices, encantadores jardineros que fortalecen nuestra alma. El fanatismo es una persona con terquedad desmedida en sus creencias y opiniones. Ej.: tuvimos helicópteros usados en aquel gobierno, con sobreprecio, y se vinieron abajo. En el actual gobierno llegaron nuevos de paquete y sin sobreprecio. Un pueblo ciego es un pueblo ignorante y un instrumento ciego de su propia destrucción. Ej.: el presidente de aquel gobierno y sus colaboradores están exiliados en otro país por peculado; el actual está avante, sirviendo a su pueblo, y es amado por ser altruista y honrado.
Javier Valarezo Serrano