El pueblo sigue sintiéndose amenazado por la corrupción política
Para ser político no bastaría solo tener una buena oratoria
Es irónico que los ciudadanos por una cuestión natural al sistema estemos en manos de la clase política, quienes en efecto dependen de nosotros para que los elijamos, pero que muy lejos están de honrar la elección. La mayoría de ellos no hacen más que vernos la cara de estúpidos. Pero es muy probable que los años nos hagan más atentos a la dinámica política del país.
Soy un convencido de que nuestra obligación como sociedad es exigir mayor rendición de cuentas a los políticos que elegimos, pero los ecuatorianos estamos agotados de tanta decepción producto de la corrupción política que a veces parece un grave problema de nunca acabar por la avaricia de los políticos.
El pueblo se siente amenazado por la corrupción enquistada en la política, pero angustia en ocasiones que lo nuevo por conocer sea peor que lo viejo conocido, no solo a nivel de corrupción, sino a nivel de la eficiencia traducida en resultados tangibles en gestión para las comunidades.
Aunque claramente vemos que los mismos de siempre llevan décadas con las mismas promesas, lo que los políticos deben entender es que a pesar de que aún nuestra sociedad es inculta políticamente, no somos tontos, para que nos sigan queriendo ver la cara, como hace unos días quisieron al tratar de hacer pasar en la Asamblea Nacional las reformas al COIP.
Es confuso, a veces pareciera que la política es de las pocas ramas en las que el currículum y la experiencia no son importantes... Pienso que es uno de los errores descomunales en los que nuestra sociedad insiste. Pero cuidado, no seamos laxos en nuestras conclusiones, en el Ecuador experiencia y transparencia no siempre han ido de la mano; si bien es cierto experiencia debiera ser directamente proporcional con la eficiencia, es probable que también sea directamente proporcional con adquisición de mañoserías.
Para ser político no bastaría solo tener una buena oratoria, sino necesariamente y como mínimo, tener una preocupación natural por procurar desinteresadamente que el ciudadano tenga una mejor calidad de vida; estarían en el lugar equivocado y nosotros, como siempre ,eligiendo a los políticos equivocados.
Mario Vargas Ochoa