El radicalismo del señor Iza
Los radicalismos no son buenos consejeros. Se enraízan en mentes con formación débil, agobiadas por complejos, viciadas por resentimientos. La posición del Sr. Iza se veía venir. La asistencia al diálogo fue una pantalla, quizá sugerida por algún asesor que quiso darle un asidero “inteligente” para “justificar” su posición radical. No fue con intención de llegar a acuerdos, se notaba en su rostro, lo decía en palabras. La apertura del Gobierno al diálogo se dio con la idea de mostrar voluntad de resolver problemas sensibles con un sector social y será argumento para tomar medidas duras en caso de movilizaciones. Desde el principio el tema de los combustibles no era negociable. A posiciones irreductibles se debe responder con firmeza. No se ve ningún razonamiento en el presidente de la Conaie; dejó claro en su libro Estallido que su meta es el levantamiento y lo sostiene en sus actitudes públicas. Ante esta posibilidad con claros visos de concretarse, autoridades y ciudadanos del país entero estarán atentos y preparados para evitar vandalismos como los de octubre de 2019. Quito ya no será una plaza fácil, ya no está al frente de la ciudad un cómplice. Hay que prestar atención a otras ciudades; a la educación, que sigue en manos de un sector que ha exaltado el dogmatismo y la violencia. La enfermedad es: injusticia social, conformismo individual, educación de mala calidad que evita el razonamiento, falta de discusión abierta de problemas, poca preparación de políticos, etc.
Ing. José M. Jalil Haas