Cartas de lectores: Le hemos fallado al país por acción u omisión

Ha llegado el momento de sancionar ejemplarmente a todos quienes hayan hecho daño al país

Lamentablemente, terminó el año y la situación del país es crítica; por donde se mire hay problemas: crisis, necesidades, mediocridad en algunos funcionarios, comportamientos irracionales, etc. Preocupan las preguntas de dos periodistas en medios de comunicación respetables: “¿En manos de quién estamos?” y “¿Qué clase de soldados tenemos?”. Las instituciones son fiel reflejo de lo que son las sociedades. Donde hay responsabilidad, honestidad, esfuerzo, dedicación, cultura, sacrificio, todo funciona bien. Cuando personas apropiadas lideran las instituciones, las decisiones, acciones y gestiones son convenientes y apropiadas para solucionar las necesidades y problemas. No podemos tener el país que merecemos si personas sin buena formación académica y sin valores morales son las que han presidido y dirigido las más importantes instituciones del Estado. Hace unos años se relajaron los requisitos de ingreso a FF.AA.; se atentó a la disciplina y subordinación, lo que afectó la moral de los soldados. Sin moral no puede haber FF.AA. profesionales y victoriosas. Los militares deben ser gente de bien: de familias decentes, honestas, de valores y principios, pues ellos tendrán la mayor responsabilidad que puede tener un ecuatoriano: defender la soberanía e integridad territorial, ser garantes de la democracia e independencia del Estado; ahora también participar junto a la Policía en el Conflicto Armado Interno. Siempre se puede mejorar la selección, preparación, capacitación y evaluación permanente de sus miembros, en todos los grados, y a tiempo desvincular a malos elementos. En la vida militar se dice: “siempre hay uno”: el que no cumple bien deberes y responsabilidades, no hace bien ejercicios en entrenamiento, etc., y hace quedar mal al reparto; lamentablemente, a veces son más de uno. Ha llegado el momento de sancionar ejemplarmente a todos quienes hayan hecho daño al país. A los que lo administraron mal, lo sobreendeudaron, lo empobrecieron y lo saquearon. También, en comunión de esfuerzos y voluntades, hacer un mejor país, donde haya paz, justicia y bienestar para todos.

Francisco Almeida Caviedes