Unámonos frente al aluvión de males que nos acechan

El momento que vivimos no es fácil, pero la irresponsabilidad no puede regir nuestros andares. Además, hemos de poner en valor el sentido común y la sensatez en todas nuestras acciones. Son tantas las tribulaciones, que debemos repensar nuestros movimientos.

La primera misión, posiblemente radique en reunirse y unirse para batallar por las personas más vulnerables del mundo, ante la multitud de emergencias que nos asolan. Sin duda, para empezar a tomar partido y desvelo solidario, el espíritu cooperante es fundamental, pues cada amanecer son más los individuos que necesitan asistencia y protección humanitaria. Detengamos las divisiones, asumamos un compromiso colectivo frente al aluvión de males que nos acechan, que nos están dejando sin palabras, lo que nos exige un auténtico esfuerzo de generosidad por parte de todos. Los gobiernos tampoco pueden actuar a su antojo, aislados, autosuficientes, con agendas interesadas. Está visto que la ciudadanía por sí misma no puede hacer grandes cosas. Quizás tengamos que reavivar la escucha, sobre todo en un periodo como el actual, de recuperación desigual y débil, lo que nos demanda un enfoque global, con liderazgos ejemplarizantes para remar unidos.

Víctor Corcoba