Abelardo García Calderón | Corregir sobre la marcha
Que nuestros alumnos fiscales, en general, no manejan matemáticas y lengua como generaciones anteriores, es un hecho
Uno de los problemas con los que convive una estructura ministerial altamente burocratizada, sin duda, es la lentitud con la que se plantean innovaciones, se corrigen experiencias o se modifican errores. Y esto es generalmente lo que ocurre entre nosotros, cuando, desde planta central, el Ministerio de Educación no logra impulsar rápidos ajustes y correctivos y se mantienen por tiempos indefinidos medidas, normas y disposiciones, aunque estas no funcionen del todo o resulten ya superadas por otras naciones.
Unas de las falencias más grandes que tiene nuestro currículo son el cambio metodológico y el escaso tiempo que le dedicamos en las aulas a la enseñanza del idioma y al trabajo matemático. Esto es fácil de reconocer porque basta con escuchar a un adolescente o a un universitario hablar para descubrir que no maneja adecuadamente el idioma, que se expresa con vicios de construcción y casi ninguna concordancia gramatical. Si esto ocurre en lo oral, por supuesto, se repite con creces en el lenguaje escrito.
Bien sabemos que el problema no es solo nuestro. Hubo una corriente fuerte para establecer “un equilibrio” de las distintas ciencias a manejar en los tiempos escolares y de colegio, quitándole énfasis a unas asignaturas para que todas reciban más o menos el mismo tratamiento y carga horaria, olvidándose de comprender que hay tiempo para cada cosa y que construimos, en base piramidal, una estructura de comunicación y desarrollo científico.
Mientras que los niños y jóvenes españoles volvieron “al cole” con la sorpresa de más tiempo para lengua y matemática que para otras asignaturas, nosotros mantenemos la corriente pasada, como de igual manera sostenemos la escuela de diez grados, con todos los problemas que eso supone.
Que nuestros alumnos fiscales, en general, no manejan matemáticas y lengua como generaciones anteriores, es un hecho. Por ello, creemos importante hacer un cambio rápido sobre la marcha para establecer con claridad el rol de esas materias fundamentales y, a medida que se asciende por el sistema, abrir más espacio a otras áreas del conocimiento.