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Abelardo García | La crisis existencial en el adolescente

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Los adolescentes de estos tiempos, y acaso más niños de los que quisiéramos, llevan dentro de sí cargas emocionales

Hace algunas tardes, de vuelta a casa, en el programa Del día a la noche, que Carlos Vera mantiene en Radio Centro, oíamos la voz de un experto, cuyo nombre no conocimos por estar la entrevista avanzada, que ponía la pica en Flandes en relación al vacío existencial que los jóvenes de hoy manifiestan sentir.

Sí, aunque nos parezca mentira, los adolescentes de estos tiempos, y acaso más niños de los que quisiéramos, llevan dentro de sí cargas emocionales muy duras que no han podido resolver y que, por supuesto, los angustian y los llevan a estados de ansiedad, depresión y abandono personal que rompen los esquemas de la normalidad y que nos deben hacer reflexionar a padres, a los especialistas en la psique humana, y a los educadores, en la forma de aproximación y rescate de esas personalidades en plena evolución.

Aunque no lo creamos, ya que no hemos sabido entender su impacto, buena parte de la responsabilidad de estos casos la tiene la pandemia y el encierro de casi dos años que ella provocara. En efecto, la soledad, el casi cautiverio, el miedo exacerbado, la incertidumbre y la angustia que se sumaban a una sobreprotección, en algunos casos brutal, fueron causales de los primeros y severos impactos emocionales.

A todo aquello habría que sumar los descubrimientos que ese encierro familiar revelaban a los hijos en etapas evolutivas, ya de por sí tensionantes: hogares que se destruían ante la mirada de los hijos, maltrato intrafamiliar, acoso y hasta abuso, que antes, cuando se mantenían horarios normales de trabajo y escuela no eran ni siquiera pensados. Como el descubrir vicios y adicciones de los padres que antes eran inimaginables; o solo el hecho de pensar que sus ídolos, papá y mamá, se desvanecían ante sus ojos, dejó heridas profundas.

A otros les tocó enterarse de dónde provenían los fondos que sostenían la economía familiar, y anhelantes de absolutos, como son los adolescentes, no concebían lo que les tocó descubrir. Con todo ese cóctel: ¿cómo no vacío existencial?, ¿cómo no desesperanza?.

Urge trabajar en el rescate emocional.