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Abelardo García: No hay ‘varita mágica’

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En la educación no hay milagros ni sorpresas, ni ‘varita mágica’; hay vocación, capacitación, esfuerzo y entrega

Semanas atrás, en un espacio que compartimos con gente preocupada por la educación y los valores, una buena amiga decía: “La educación no es la varita mágica”, y creemos ciertamente que esa apreciación resulta ser exacta, al menos si concebimos a la educación únicamente como ciencia de la enseñanza y no como un encuentro vital entre profesor y alumno, que busca el mejor crecimiento de este.

La pedagogía por sí misma no cambia a las personas con sus principios, con sus postulados, con sus tesis y prenotando, con su metalenguaje y su investigación.

No alcanza 'per se' a ser motivadora de cambio.

Solamente cuando aterriza, cuando se pone al alcance de niños y de jóvenes, cuando se facilita el encuentro humano de sus actores, con didáctica adecuada, con claros fines y principios, más claros objetivos y valores, es cuando la educación fría y teórica alcanza características de llave del futuro.

En la educación no hay milagros ni sorpresas, ni 'varita mágica'; hay vocación, capacitación, esfuerzo y entrega; hay compromiso y deseo de trascendencia.

Debe haber cancha trazada y un claro marco referencial para todos los que la viven; así como respeto, afecto, construcción de ideales y realización de niños y jóvenes que aprenden, no para sacar buenas notas ni para pasar el año, sino para obtener herramientas que les facilite el desenvolverse y construir su vida.

En la educación se necesita voluntad, firmeza, estimulación y motivación permanentes; ha de ser la vitrina en la que el que estudia va pudiendo escoger el tipo de ser humano en que quiere llegar a convertirse.

Por ello necesitamos trabajar en el docente, en la familia y el alumno, para que cada quien ponga lo suyo y no piense que con solamente con facilitar las cosas se llega a los triunfos y realizaciones personales.

¿Queremos un nuevo mundo? ¿Queremos un mejor escenario para legar a nuestros hijos y nuestros estudiantes? Pues esforcémonos por ser buenos referentes, dejando de ser permisivos, facilistas y poco comprometidos con la verdadera formación.