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Abelardo García: ICHE, revelación espectacular

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El emprendimiento, cuando se une al entusiasmo, pasión, amor y coraje por lo que se hace, puede cambiar realidades

Acaso sin tener muy claro a lo que íbamos, llegamos a San Vicente, en Manabí, desde donde además se tiene una hermosa vista de Bahía. Invitados por los promotores de la Fundación Fuegos, gestora de un proyecto gastronómico y de hostelería, concurrimos a un evento que se realizaba dentro del marco del bicentenario provincial, donde se reconocía a distinguidos actores culturales de la esencia manabita.

Desde la tradición oral y jocosa hasta la literatura fina y delicada, desde la creatividad culinaria del ceviche jipijapa hasta la historiografía de la gastronomía manaba, se exaltaron en un evento que desde hace años no veíamos, por estar tan bañado de patria, de región, de sentimientos y afectos por la tierra en la que se nace.

Reconociendo que el presente y el futuro para ser tales requieren del encuentro con las propias raíces y con la identidad que nos afinca, se habló y coincidimos, de que no podemos vivir como humanos sin buscar las fuentes, las causas, los inicios y la trayectoria de nuestra cultura.

Si solo hubiese sido eso y el bucólico paisaje de mar entre montañas, ya habría valido la pena concurrir, pero luego Orazio Belletini, gestor y emprendedor de esta promesa turística, nos acercó a su principal gestión: una escuela de maestros cocineros, o de chefs, como decimos hoy, que ya va por su quinta promoción y que hace de nuestra comida nacional un emblema espectacular que sin duda será un gran punto a considerar en esa búsqueda de declarar a Manabí como región gastronómica del Ecuador.

Luego de una coctelería innovadora, propia y de altura, tuvimos la oportunidad de saborear el menú de degustación más espectacular que hayamos probado alguna vez. Los jóvenes alumnos, que tras los vidrios de la transparente cocina iban y venían entusiastas, mostraron su alegría, su pasión de aprender cuando atendían, limpiaban mesas y escanciaban botellas.

Una escuela de gran altura la que presenta ICHE y una muestra de que el emprendimiento, cuando se une al entusiasmo, pasión, amor y coraje por lo que se hace, puede cambiar realidades e innovar las costumbres. Así se enseña y aprende.