Abelardo García | ¿Cuál la verdadera intención?
Cuando se insiste una y otra vez en algo, evidentemente alguna intención se tiene, algún objetivo se busca
Hemos dicho siempre que no creemos en la casualidad; que tratándose de normas, disposiciones, es necesario buscar la causalidad de su aparición o persistencia. Cuando se insiste una y otra vez en algo, evidentemente alguna intención se tiene, algún objetivo se busca, algún deseo quiere alcanzarse.
Con lo dicho nos referimos a esa casi necesidad de nuestro Ministerio de Educación de propiciar la búsqueda de resultados blandos. Así, en su momento se llegó a la libre promoción: todos pasaban aunque no sepan. Cuando se cambió aquello, luego de tanta insistencia, se multiplicaron los exámenes a rendir para que en alguno de esos el alumno lograra aquello para lo que no estaba preparado: pasar el año.
Cuando las críticas y cuestionamientos fueron tantos y no hubo más que cambiar la figura, se redujeron las pruebas pero se inventó la llamada “mejora de nota”, cargando el trabajo profesoral y dando al estudiante múltiples posibilidades para obtener notas más altas. En fin, alguien trata de que los estudiantes terminen sus niveles sin conocimientos y buenas notas.
¿Qué se persigue? ¿Qué se busca pretendiendo obtener bachilleres cada vez más ignorantes y desconocedores, incluso, de elementales postulados académicos, éticos y morales?
¿A quién le conviene que el joven ecuatoriano no sea capaz de pensar, de analizar, de estructurar ideas, criticar y crear? ¿Por qué la desesperación de nuestro Ministerio por buscar gente que simplemente transite por los establecimientos educativos sin que salga graduada con las bases necesarias para construir una carrera tecnológica o profesional?
Lo que no se siembra, demanda o exige en el pequeño, difícilmente se podrá cosechar en el adolescente o en el joven.
Nos construimos de abajo hacia arriba, de lo elemental a lo complejo, de lo fácil a lo difícil, estructurando, por decirlo así, capas y soportes académicos sobre los cuales el nuevo y mayor conocimiento ha de asentarse. Las oportunidades no se repiten y la psicología evolutiva claramente nos dice que hay etapas y momentos específicos y precisos para cada cosa. Pidamos respuestas.