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Abelardo García: El reto de enseñar a pensar

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Trabajar en enseñar a pensar es un desafío enorme, pues la teoría y la realidad no siempre coinciden

Los objetivos de la educación se alcanzan cuando el ser hace suya la enseñanza, cuando la vive y la practica, cuando la toma por veraz y cierta; cuando puede palparla y evidenciarla tanto en el mundo de la teoría como en los hechos. Si esto es así, ¡vaya que hoy resulta complicado enseñar a pensar!

Trabajar en la elaboración y desarrollo de la inteligencia implica abordar los fundamentos y la estructura del conocimiento, construyendo ideas claras y valorando al máximo la palabra que las expresa.

Es imposible hacerlo sin tener como absoluto la verdad, la hipótesis que la plantea y la tesis que la establece; sin profundizar en las raíces del principio causa-efecto, sin distinguir lo de fondo con lo formal, lo antecedente de lo consecuente, lo cierto de lo superficial, lo esencial de lo accidental, lo universal de lo particular. Como se puede ver, el reto es grande y la meta ambiciosa.

Viviendo en un mundo lleno de trampas circunstanciales, donde se solicita la publicación de actas ya publicadas, pero sin el sello de conformidad de quienes desean negarlas. También vemos cómo personas condenadas por delitos cometidos y ampliamente probados logran liberarse de culpa por un error de trámite y asumen liderazgos. En un mundo donde el Estado no tiene poder ni razón de ser en vastas regiones de muchos países, donde se reducen las exigencias para evitar problemas de promoción o llamados de atención laborales. Un mundo en el que todo es relativo y se basa más en la conveniencia personal; en un modelo de familia en el que la responsabilidad no aparece o en el que se vive al margen de la realidad. Trabajar en enseñar a pensar es un desafío enorme, pues la teoría y la realidad no siempre coinciden.

Sin embargo, debemos asumir este desafío y trabajar constantemente en él, porque sin mentes claras no puede haber una ciudadanía adecuada, una ciencia reveladora y positiva, ni una familia responsable que asuma su papel de escuela doméstica.

La educación es clave para abrirle al ser humano el futuro, pisando con firmeza la realidad y aspirando a grandes ideales. ¡Asumamos el reto!