Abelardo García | ¿Y del sector educativo?

Es significante ver cómo la educación en general y la educación particular, en especial, cuentan poco para los distintos gobiernos de los últimos tiempos.

Con motivo de malos precios internacionales o bajas en exportación, los sectores piden y reciben apoyos gubernamentales. Hace días, para beneficiar al turismo se dio un extenso feriado; y no es que reneguemos de esas resoluciones, sino que, contrastando, vemos que para muchos el sector educativo particular no interesa o no cuenta.

Si revisamos las cifras de los últimos años, es claro que el sector de la educación particular se ha reducido a menos de la mitad, sufriendo más el impacto precisamente esa educación que atendía a las clases económicas más desposeídas y más necesitadas. Se dieron disposiciones económicamente asfixiantes, se compitió malamente vendiendo humo para restarles alumnado y, claramente, se quebró al sector, mientras que los otros niveles económicos también vieron reducirse establecimientos educativos.

Sin duda, el sector particular requiere ayuda, pero no canonjías ni regalos. Acaso lo que más le ayudaría es la posibilidad de reducir sus carteras vencidas con disposiciones que le permitan cobrar los servicios que entrega, lo que hoy no se da, pues hay toda una legislación que invita, mejor, que empuja, a padres de familia con poca ética a incumplir sus obligaciones.

Se dirá que hay contratos pero no se dice que nadie obliga a que se cumplan. Podrá decirse, como ya se ha dicho otras veces en gobiernos anteriores, que queda la opción judicial, lo cual, sin duda, resulta una burla cuando, en ocasiones, los gastos de un juicio superan la deuda por cobrar. Aunque muchos no lo sepan, hay educación particular desde 15 o 20 dólares mensuales.

Cuando la deserción escolar ha crecido significativamente, cuando la migración forzada de muchas familias es un hecho, cuando la cascada de estudiantes hacia instituciones de menor costo y hacia la educación pública es cada vez más fuerte, resulta claro y real que el sector de la educación particular también necesita apoyo para no desaparecer.