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Choque de trenes

Avatar del Abelardo García

Los llamados a ser ejemplo de conciliación se enfrentaron, dejándonos un sabor amargo y una mala enseñanza’.

Ciertamente resulta desconcertante, abrumador y desesperanzado, asomarnos a la ventana del tiempo y observar en esos días cómo fue ese duro y frontal choque de trenes, de autoridades, de gentes que sobre un mismo asunto tuvieron criterios diferentes. Los llamados a ser ejemplo de conciliación se enfrentaron dejándonos un sabor amargo y una mala enseñanza.

Lo triste o curioso es que de alguna manera Ministerio y COE tuvieron algo de razón y pudieron, por sus objetivos y cuidado, darle fuerza de verdad a su opinión y soporte a sus decisiones. Así, el Ministerio, llenándose de razones pedagógicas y psicológicas, pudo invocar, como lo hizo, la necesidad de una presencialidad que permita salvar a niños y adolescentes de su encierro, de esa teleeducación que poco ayuda a algunos y que ciertamente también ya desconcierta a los padres.

La ansiedad, el estrés, el encierro. La obesidad, el inmovilismo, el desgano. La soledad, la incomunicación y la desidia, van cobrando muchas víctimas, llevando a niños y jóvenes a consultorios de psicólogos y psiquiatras para vencer sus miedos, sus angustias, sus quebrantos emocionales, afectivos y psicológicos; pero claro, como es salud mental no a todos interesa, mas vuelve urgente el reencuentro de pares en las aulas de clase.

Las cifras de enfermos, la transmisibilidad del virus, la presencia de portadores asintomáticos entre jóvenes y pequeños, los profesores contagiados, dieron al COE cantonal, en su afán de preservar la salud comunitaria, la fuerza para su argumentación y decisiones.

El problema sin duda estuvo en la radicalización, en la equivocación de ambas instituciones, que por mirar su árbol no vieron el bosque y no se dieron cuenta de que si bien no todos estaban para volver, también existían aquellos que podían hacerlo bajo seguros cuidados. El asunto no debió ser todos o nadie.

El volver por volver a ciertos espacios no aptos puede desencadenar incluso otro tipo de enfermedades contagiosas; el quedarse en casa para todos, agrede su desarrollo emocional e intelectual.

Para la próxima, reflexionar y balancear.