¿De qué logro hablamos?

Logro académico, logro docente, debería llamarse a aquello que nos habla del triunfo de nuestros alumnos.
Allá por el mes de abril, cuando recordábamos el Día del Maestro Ecuatoriano, escuchamos a algunos de los representantes gremiales de nuestro politizado magisterio, hablar del logro conseguido y, jactándose, casi glorificándose, decían que el nuevo sueldo magisteril, importante por cierto y acaso justo, aunque no para todos, era el logro más grande alcanzado por el maestro ecuatoriano y era la prueba del triunfo, del éxito del magisterio.
Por aquellos mismos días, la señora Ministra de Educación, en acto de sinceridad que la enaltece y deja bien, había manifestado que era importante y preocupante el número de alumnos que llegaban al octavo grado de EGB, antes conocido como primer curso, sin saber ni leer ni escribir, y que esta realidad exigía y demandaba un fuerte trabajo de recuperación.
¿Cómo se produjeron estos analfabetos escolarizados? ¿En manos de quiénes estuvieron? ¿Dónde sus formadores? ¿Dónde la preocupación y la realización del profesor? Y, ¿cuál pues el logro docente? Sí, las preguntas caben porque a todas luces hay contradicciones básicas de ética profesional en el concepto de logro profesoral.
Si los educadores fuésemos destajeros, si nos moviésemos por el objetivo final de conseguir un dinero, acaso ingresar unos dólares más se convierte en razón de éxito; pero si nos movemos por una vocación que nos anima a descubrir en el otro la razón de nuestra profesión, si nos definimos como guías y pretendidos modelos, de niños y jóvenes, es sin duda que la realización, el logro o éxito lo entenderíamos en función de los triunfos de nuestros alumnos y no por nuestros ingresos.
Logro académico, logro docente, debería llamarse a aquello que nos habla del triunfo de nuestros alumnos, de su desarrollo intelectual, de sus capacidades y virtualidades personales.
Por ello, sería importante retomar nuestros pasos y redefinir con absoluta claridad por qué trabajamos, por qué nos esforzamos y entregamos las gentes que hacemos educación. Pues logro docente es solo aquello que habla de las bondades y realizaciones de nuestros alumnos.