Andrés Isch | Dr. Ernesto
Ernesto Albán Gómez dedicó su vida a construir un mejor país y formar mejores ciudadanos
“Yo me pregunto, ¿esto es lo que le más conviene al Ecuador o hay algo que se puede hacer distinto?” Ernesto Albán Gómez solía arrancar de esta manera sus intervenciones en la Asamblea Constituyente de 1998, donde presidía la Comisión de Instituciones Políticas. Yo tenía apenas 19 años, iniciaba mis estudios en derecho y por una serie de casualidades terminé trabajando para él, sin terminar de dimensionar en ese momento la suerte que me había tocado al tenerle como jefe y después como maestro en la universidad.
El Dr. Ernesto, como cariñosamente le llamábamos sus alumnos, no calzaba con el molde del gran jurista de ese tiempo, donde la excesiva formalidad y la soberbia se entendían inseparables de los nombres de los grandes abogados. En lugar de trajes de diseñador, vestía de forma discreta y siempre se lo veía con innumerables carpetas y libras en sus manos. Sin embargo, su presencia transmitía siempre una enorme dignidad y generaba un profundo respeto, tanto por su intelecto como por su caballerosidad.
El Dr. Ernesto nunca necesitó levantar la voz para dejarse escuchar, ni tampoco denostar a nadie para probar su valía. Sus palabras contenían sabiduría, pero también el cariño con el que un profesor busca sembrar en mentes ajenas. Tenía la capacidad de influir en el debate político sin demagogia, sin retórica vacía, sin grandilocuencia ni ofensas, sino a través de convertir las ideas en un deber ser común. Lo recuerdo y me sigue asombrando cómo, en medio de la polarización natural de un proceso constituyente que además estaba marcado por elecciones presidenciales, lograba construir consensos y centrar el debate en esa pregunta a la que volvía de forma tan recurrente: ¿esto es lo que más le conviene al Ecuador?
Esa sencillez, la pasión por lo correcto y meticulosa búsqueda de la verdad es parte de su legado y ojalá fuera también un referente para la sociedad.
Ernesto Albán Gómez dedicó su vida a construir un mejor país y formar mejores ciudadanos. Que el Ecuador le sea por siempre grato.