Arturo Moscoso: ¿Y ahora?
La pregunta que surge es: ¿y ahora?
Finalmente, aunque tarde, Joe Biden se retiró de la carrera presidencial en EE.UU. Su salida de la contienda electoral ha sacudido el escenario político de ese país y mantiene al mundo en vilo, incluido Ecuador, del que EE.UU. es socio fundamental.
Con el retiro de Biden, Kamala Harris se perfila como la principal candidata demócrata, enfrentando un contexto electoral complejo y polarizado. Conocida por su enfoque progresista y su compromiso con la justicia social, lo que la puede hacer parecer muy radical, afronta, además, la necesidad de unificar al Partido Demócrata y movilizar una base electoral diversa. No la tiene fácil.
Del otro lado, la candidatura de Trump genera preocupación. El expresidente, que mantiene un apoyo considerable, busca regresar al poder con una agenda más radical. Aunque se ha deslindado del Proyecto 2025, sus propuestas son demasiado coincidentes. Este plan, elaborado por sus aliados más conservadores, propone una reestructuración drástica del gobierno federal, incluyendo recortes a programas sociales, mano dura con la inmigración y una política exterior más aislacionista.
Para Ecuador, las elecciones en EE.UU. tienen implicaciones significativas. Una administración demócrata probablemente continuaría promoviendo políticas de cooperación y apoyo al desarrollo sostenible, beneficiando a países como Ecuador. Además, se esperaría una política migratoria más humana, que podría aliviar la situación de los migrantes ecuatorianos.
En contraste, el regreso de Trump al poder podría significar un endurecimiento de las políticas migratorias y una disminución de la ayuda internacional. El Proyecto 2025, con su enfoque en la reducción del gobierno y la implementación de políticas nacionalistas, podría llevar a una disminución del apoyo económico y técnico que el país recibe. Además, una política exterior aislacionista podría debilitar las alianzas estratégicas en la región.
Con estos escenarios en mente, Ecuador debe prepararse para adaptarse a los cambios en la política estadounidense, buscando fortalecer sus relaciones internacionales y diversificar sus alianzas estratégicas para enfrentar cualquier eventualidad. La pregunta que surge es: ¿y ahora?