Arturo Moscoso: ¿Por qué no ves si llueve en Tel Aviv?
Así, mientras Verónica Abad se alista para emprender su misión en Tel Aviv, queda claro que nuestra política es un desastre
Hace algunos años, el grupo ecuatoriano Contravía lanzó uno de sus mejores éxitos: la canción que da nombre a esta columna. La letra expresa la necesidad de alejarse de una relación tóxica y parte de esta dice: “No me hables más, aléjate de mí. ¿Por qué no ves si llueve en Tel Aviv?”.
En un giro digno de esas series de conspiración política de Netflix, la vicepresidenta de Ecuador, Verónica Abad, ha sido encargada de llevar adelante una “misión de paz” en Tel Aviv, que tiene más que ver con alejarla del Palacio de Carondelet que con resolver conflictos internacionales. Al presidente parece resultarle muy incómoda y prefiere mantenerla a 12.000 kilómetros de distancia.
De este modo, la letra de la canción parece resonar extrañamente en la situación actual entre Noboa y Abad. Mientras la canción señala que alguien ya no quiere cerca al otro, la realidad política de Ecuador parece reflejar una historia similar. ¿Una coincidencia cósmica o una cruel paradoja poética?
Ahora, ¿será Israel la forma de mantener alejada de nuestra política a Abad? Solo el tiempo lo dirá, pero la vicepresidenta se prepara para hacer historia desde Tel Aviv, señalando que ya está en contacto con la comunidad internacional a fin de detener el conflicto. En todo caso, ¿quién pensaría que en la paz de Medio Oriente Ecuador sería gravitante?
En medio de esta novela se hace necesario reflexionar sobre la elección de candidatos por parte de las organizaciones políticas. Al no existir partidos políticos programáticos e ideológicos que generen nuevos cuadros desde donde escoger candidatos afines y preparados, se debo optar por figuras que podrían aportar votos, pero que son completos desconocidos. De esta forma, no debe sorprendernos cuando la trama se complica y las relaciones entre los mandatarios se rompen. De eso en Ecuador tenemos algunos ejemplos.
Así, mientras Verónica Abad se alista para emprender su misión en Tel Aviv, queda claro que nuestra política es un desastre. Entretanto, la canción sigue sonando en el fondo, preguntando irónicamente si alguien puede ver si llueve en Tel Aviv.