Arturo Moscoso Moreno: Mejor no me ayudes, compa

Leonidas Iza, prefirió no llegar, y mejor participar a distancia
Hay ayudas que más bien estorban y una de las mejores formas de expresarlo es en aquella frase que todos hemos dicho alguna vez: “mejor no me ayudes, compa”. Y pocas veces viene más al caso que con el reciente ‘acuerdo’ entre Pachakutik y Luisa González. Un pacto que pretendía ser un impulso electoral y terminó siendo una trampa para la campaña correísta.
La escenografía en Tixán, Chimborazo, se veía prometedora: pueblos originarios, pancartas, declaraciones. Pero el protagonista principal, Leonidas Iza, prefirió no llegar, y mejor participar a distancia. Como si se tratara de una clase virtual que no quería tomar, pero en la que debía estar presente para no reprobar. Y claro, su ausencia fue, en realidad, la presencia más notoria: fue de lo que todo el mundo habló.
La letra chiquita del acuerdo tampoco ayudó. Pachakutik hizo una lista de exigencias que más parecía una carta a Papá Noel: que moratoria minera, que consulta previa, que subsidios focalizados, etc., etc. Mientras, González asentía sonriente, como quien escucha la lección del profesor pero no está entendiendo una palabra.
Además, el dichoso acuerdo fue recibido con rechazo -y con justa razón-, por varios sectores de la Conaie y de Pachakutik. Muchos dirigentes indígenas, aquellos con memoria fresca, no tragan el acuerdo no por capricho, sino por historia: saben bien lo miserable que ha sido el correísmo con ellos. Jorge Herrera alzó la voz, la regional de Chimborazo también, y hasta en X llovieron comentarios en contra cargados de dignidad. La supuesta unidad terminó luciendo como lo que es, un acuerdo que apenas se sostiene.
¿Y los resultados? Según las pocas encuestas que se han podido conocer, el supuesto ‘apoyo indígena’ terminó teniendo un efecto inverso: restó más de lo que sumó. Como si en vez de lanzarle un salvavidas, le hubieran tirado un yunque a la campaña de González.
Lo cierto es que, entre ausencias, reproches y promesas que nadie cree que se cumplirán, este pacto parece más una escena tragicómica que un hito histórico. Así que sí, compañerita González, mejor que no le ayuden más.