Arturo Moscoso: Una raya más al tigre

Eliminar los procesos y las sentencias en contra de su líder y permitirle volver a ser candidato son sus verdaderas y reconocidas motivaciones
El CPCCS, ese bodrio creado por la Constitución de 2008, una vez más deja en claro que solo sirve para socavar la democracia y no fortalecerla, como es su supuesta misión. La decisión de conformar una veeduría ciudadana para evaluar el trabajo del CPCCS Transitorio y la persecución de la que es objeto la fiscal general son nuevas muestras de aquello.
Bajo la fachada de una supuesta ‘participación ciudadana’, es obvio que tras las actuaciones de la mayoría de los miembros que lo controlan se oculta una siniestra agenda: deslegitimar las actuaciones del CPCCS Transitorio, que en algo devolvió la institucionalidad al país; y, más grave aún, poner en entredicho la conformación de la actual Corte Constitucional (CC), poniendo en riesgo el que quizás es el último bastión de la democracia en el país.
Lo que más indigna es que todo esto lo hace una mayoría con claros vínculos políticos con el correísmo y que no tuvo el menor empacho en hacer campaña auspiciada por esa agrupación política y su líder, a pesar de estar prohibido. Da risa solo el pensar que estas personas, a quienes lo que diga la ley les tiene sin cuidado, pudieran llevar a cabo evaluaciones justas y objetivas de la CC, una institución que ha demostrado su independencia, a pesar de que podamos no estar de acuerdo con todas sus decisiones.
En momentos en que el país enfrenta graves problemas de debilidad institucionalidad, aunada a la inseguridad y a las crisis económica y de empleo, irse en contra de la CC no solo es irresponsable, sino también una muestra de que para lograr sus objetivos de impunidad, esta agrupación política no tiene límites. Eliminar los procesos y las sentencias en contra de su líder y permitirle volver a ser candidato son sus verdaderas y reconocidas motivaciones.
Todo esto constituye una raya más al tigre, que nos demuestra, otra vez, que el CPCCS es un obstáculo para la democracia y la estabilidad de Ecuador y que se hace necesario eliminar ese organismo o por lo menos quitarle sus funciones de nominación de forma urgente. Ojalá existiera la voluntad política para hacerlo.